El autoconocimiento asusta pero no muerde

Autoconocimiento: ¿Da miedo mirarse por dentro? Spoiler: La recompensa vale el susto inicial.

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Hablemos claro: eso de mirar hacia adentro para entenderse mejor… a veces da un poco de cosa, ¿verdad? No te culpo si piensas que suena complicado, aburrido o incluso un poquito amenazante. Es normal sentir una especie de aprensión o cosa al pensar en explorar nuestro mundo interior. Pero, ¿por qué nos pasa esto? Y lo más importante, ¿es realmente tan terrible como parece? Basándonos en lo que dicen algunas fuentes, vamos a ver por qué el autoconocimiento puede asustar, pero no “muerde”.

¿Por qué sentimos ese “susto”?

  1. Encontrarnos con partes que no nos encantan: Una de las razones es que el autoconocimiento nos puede poner cara a cara con aspectos de nosotros mismos que preferiríamos mantener ocultos o que simplemente no sabíamos que estaban ahí. Un autor como Claudio Naranjo, al hablar de personalidad, sugiere que hay una especie de “error” o un “vacío” en la base de cómo funcionamos, algo que es el corazón de las dificultades que tenemos. Mirar eso de frente, aunque sea para empezar a sanar, puede ser incómodo o doloroso al principio.
  2. Miedo a cómo nos ven (o cómo creemos que nos ven): También puede dar miedo descubrir cómo impactamos a los demás. ¿Qué pasa si, como le ocurrió a un ejecutivo mencionado por Daniel Goleman, te das cuenta de que sin querer generas miedo en otros?. Enfrentar estas “verdades incómodas” sobre nuestras interacciones puede ser difícil.
  3. El “yo” construido vs. el “yo” real: Pasamos mucho tiempo construyendo una imagen, muchas veces para encajar o buscar “aprobación”. Esta “identidad” puede basarse en lo que creemos que se espera de nosotros. La autoexploración implica, en parte, dejar de lado esa “autofalsificación” o máscara. Es un proceso necesario, sí, pero puede sentirse desconcertante, como si no supieras quién eres sin esa fachada.
  4. La incomodidad de analizarse: A veces, incluso el simple hecho de parar y analizar por qué hacemos lo que hacemos genera resistencia. Podemos pensar que si revelamos el “secreto” detrás de nuestras acciones, perdemos la “espontaneidad” o que analizar demasiado “destruiría parte de su efecto”. Es más fácil seguir en automático. También puede sentirse como una especie de “ataque” a nuestra forma actual de vivir.

Pero, ¿por qué no “muerde” y es súper valioso?

¡Porque el “susto” inicial es solo la puerta de entrada a algo mucho mejor! Lejos de ser dañino, el autoconocimiento es un camino increíblemente constructivo:

  1. Es un mapa para ti mismo: Herramientas como el Eneagrama se presentan como un “mapa de la personalidad”. No es para etiquetarte y limitarte, sino para ayudarte a entender tus “competencias centrales” y “talentos naturales”. Te da una guía.
  2. Te hace mejor profesional y líder: La autoconciencia es el pilar de la “inteligencia emocional”, y esta es fundamental para “destacar” en cualquier trabajo y, especialmente, en el “liderazgo”. Te ayuda a saber cómo te sientes y por qué, para que puedas manejar tus propias emociones y ser más “calmado, tranquilo y paciente” cuando interactuas con otros.
  3. Mejora tus relaciones: Entenderte mejor te ayuda a “percibir los sentimientos y puntos de vista de los demás” y a ser más “sensible”. Esencial para conectar de verdad con la gente y para cualquier trabajo que necesite una buena relación personal, desde ventas hasta liderazgo. Te ayuda a “escuchar bien” y a comunicarte con más “claridad”.
  4. Te da herramientas prácticas: No es solo teoría. Puedes usar cosas concretas, como analizar tus propios correos electrónicos para ver patrones de lenguaje y comunicación. Esto te permite ser más consciente de cómo te expresas (si usas demasiados superlativos, si eres muy “autoreferencial”, si necesitas ser más claro) y ajustar eso para comunicarte mejor. También aprendes a dar y recibir “retroalimentación efectiva”, algo clave en cualquier equipo.
  5. Te da poder personal: Autores que exploran la conexión mente-cuerpo, como Martin Siems (hablando de Focusing), sugieren que “tu cuerpo sabe la respuesta”. Aprender a conectar con esa sabiduría interna te permite encontrar “soluciones a nuestros problemas” desde adentro, en lugar de buscar siempre afuera. Te empodera. Es un viaje de “exploración” que puede llevarte a una “fuente pura donde aliviar la sed”.
  6. Es un camino de sanación y crecimiento: Aunque empiece mirando cosas difíciles, el proceso de autoconocimiento puede llevar a la “curación” de esas viejas heridas o patrones. Es, en esencia, un camino hacia el “crecimiento” y una comprensión más “profunda” de quién eres.

En resumen, sí, la idea de mirarse por dentro puede generar un poquito de cosa porque implica enfrentar lo desconocido o lo incómodo. Pero, basándonos en estas perspectivas, no es algo que te vaya a lastimar. Es un proceso para construirte, para ser más genuino, más efectivo en tu trabajo y en tus relaciones.

Pensalo como una inversión en ti mismo. Puede que al principio dé “susto”, pero el autoconocimiento no muerde. Te abre puertas para ser un líder más auténtico y completo, en lo profesional y en lo personal.


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